Si quiero me toco el alma

Hoy estaba reflexionando sobre la buena acogida que había tenido el blog entre mis contactos de facebook (me esperaba que mis amigos y familiares me apoyaran), pero lo recibido ha sido mucho más grande que lo esperado, y eso siempre me resulta mágico en estos mundos virtuales. Por todo esto agradezco desde aquí a todas esas personas que se paran a leerme, compartirme, e incluso se atreven a interactuar conmigo a través de esta plataforma.

gracias

Uno de los comentarios que más me han gustado lo hacía una compañera y decía así: «La impresión que me ha quedado es que acariciaba el alma». Ni qué decir tengo que me ha encantado su apreciación.

Y es que yo, si quiero, me toco el alma. Y creo que esa habilidad es fundamental para llegar a alcanzar el alma de los demás. ¿Y eso cómo se hace, se preguntarán ustedes?

Creo que aprender a tocarse la propia alma es una necesidad de cada persona que trabaja con otros, y más concretamente, con el dolor de otros. Ser terapeuta es un trabajo muy lindo pero a la vez también tiene su lado oscuro, pues la mayoría de las cosas que se trabajan tienen relación con el dolor y la tristeza. Yo me pregunto, si yo no he contactado y limpiado mi propio dolor y mi propia tristeza, ¿cómo voy a poder acompañar a otros en su camino de sanación?

Para mí es inviable hacerlo desde la teoría o desde lo esperado, eso me haría ser exigente y no saber respetar los tiempos del otro. Yo creo que sólo te puedo guiar si ya yo conozco el camino, si lo he transitado y me he quedado parada en los recovecos del mismo buscando la luz de la salida, pues así sabré que probablemente tú también tengas tus recovecos en los que te cueste avanzar y necesites probar otras rutas.

Y todo este camino mío, tiene por nombre terapia, y tiene por nombre supervisión. Sí, mis queridos/as lectores/as, yo también realizo el proceso de mi propia terapia, no porque esté loca (como muchos piensan todavía), sino porque no concibo otra forma de trabajar, más que recorriendo primero el camino que luego tú vendrás a que te ayude a recorrer.

Así que un consejo te doy (aprovéchalo que son pocos los que dejo salir), si vas a poner tu vida en manos de un profesional de la salud, de la psicología, o de las nuevas terapias (porque de todo hay en este mundo del Señor), asegúrate primero cómo ha recorrido su camino (sobre todo si lo ha hecho), pues de ello dependerá el éxito del tuyo.

me toco el alma

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